Creemos conocer personas, y nos limitamos a enjuiciar algunos de sus fragmentos. La vida, privada, dentro de una imagen-cascarón interesada, se priva de la vida que hay en las relaciones que tratan de comprenderse y entenderse en los distintos aspectos que les configuran. La visión completa sólo es alcanzable ante la percepción de la realidad, el encuentro y la relación. 

Por otra parte, la organización ya no contiene, posee o dispone de las personas. Es el individuo, el que consciente de sus capacidades y de las necesidades de la sociedad, se pone al servicio de las organizaciones y de su misión personal y profesional.

Todo ello hace posible un nuevo espacio de creación social en lo personal, profesional y empresarial, donde la capacidad de conocer y conocerse son los únicos límites para encontrar formas corporativas, asociativas y comunitarias que permitan un camino común en la compañía adecuada, con socios, clientes, proveedores, etc.